5 de mayo de 2008

EL MUNDO INVERTIDO

En su reciente charla del 1° de mayo, Carlos Del Frade citó a Karl Marx con relación a sus conceptos sobre el trabajo alienado, es decir el trabajo que no garantiza más que la mera subsistencia. Para una enorme masa de trabajadores de nuestro país, y en grado particularmente alto en nuestra ciudad, el trabajo, que supera las 8 horas diarias por las que luchaban los mártires de Chicago hace más de un siglo, no garantiza ni siquiera la subsistencia suya y de su familia. Las 25.000 personas que menos ganan en Santa Fe, nos reveló Del Frade (con cifras del INDEC, es importante señalarlo) perciben un salario 44 veces menor respecto al promedio de las 25.000 que más ganan.

¿Pero los que más ganan están mejor? Desde casi todos los puntos de vista no caben dudas. Pero hace un siglo y medio, un tal Karl Marx, que hoy 5 de mayo de 2008 cumpliría 190 años, describía de esta manera (citando a su vez nada menos que a William Shakespeare) la alienación producida por el dinero:

"Como el dinero, en cuanto concepto existente y activo del valor, confunde y cambia todas las cosas, es la confusión y el trueque universal de todo, es decir, el mundo invertido, la confusión y el trueque de todas las cualidades naturales y humanas."
(…)
"Si suponemos al hombre como hombre y a su relación con el mundo como una relación humana, sólo se puede cambiar amor por amor, confianza por confianza, etc. Si se quiere gozar del arte hasta ser un hombre artísticamente educado; si se quiere ejercer influjo sobre otro hombre, hay que ser un hombre que actúe sobre los otros de modo realmente estimulante e incitante. Cada una de las relaciones con el hombre ­y con la naturaleza­ ha de ser una exteriorización determinada de la vida individual real que se corresponda con el objeto de la voluntad. Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia." (Manuscritos económicos y filosóficos, 1844)

¡Sí! El dinero puede comprar todo, hasta el “amor”. Pero ese amor “es impotente, una desgracia”. Por eso, a pesar de todo, los desposeídos (mal que les pese a los poderosos) suelen ser más dignos y más felices. Tal vez porque en el fondo intuyen que el futuro les pertenece.

Gracias, Carlitos (Marx). ¡Y muy FELIZ CUMPLEAÑOS!

Enzo Valls