10 de febrero de 2010

Bajen ya el precio de la carne



Los aumentos en el precio de la carne (entre un 40 y un 50 %) ya están arrastrando aumentos especulativos en otros productos, justamente aquellos a los que se vuelcan los sectores populares para intentar seguir alimentando a sus familias. Estamos ante un duro golpe al nivel de vida y a los derechos de los sectores más castigados por el actual modelo económico.
El gobierno y los empresarios del sector se echan la culpa mutuamente, y en realidad los aumentos se deben a una combinación de ambos factores: ausencia de fuertes políticas de planificación, e intereses de lucro desmedidos. Todos sabemos que la soja desplazó la producción de carne, simplemente por una cuestión de mayor rentabilidad. Entonces los productores ganaderos y tamberos salieron a pedir subsidios para que se equiparen sus ganancias a las de los sojeros, bajo amenaza de liquidar el ganado.Estos subsidios fueron dados, y los pagamos entre todos. Pero no fueron suficientes, y resulta un absurdo total y una imposibilidad que se sigan aumentando los subsidios a todas las producciones hasta el nivel de la más rentable.

La situación actual muestra a las claras que las propuestas de la oposición conservadora de volver a las políticas de “libre mercado” y rebaja de retenciones a la soja, serían aun peores que la actual. Por el contrario, lo que hace falta es una mayor intervención del Estado, no sólo con regulaciones impositivas y retenciones, sino con un plan de gradual reducción de la siembra de soja, a partir de los grandes propietarios, la recuperación de las Juntas Nacional de Granos y Carnes, y la promoción de la producción ganadera. Sin que falte un meticuloso control de la formación de los precios.

Proyecto Sur Santa Fe

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