7 de septiembre de 2010

Veneno sojero: el Gobernador Binner y el Senado tienen la palabra


La media sanción de la modificación de la Ley de Fitosanitarios por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, establece una distancia mínima de 500 metros de las poblaciones para la fumigación terrestres con Glifosato. Escasa protección y menor a la de 800 metros que estableció un fallo judicial en San Jorge y en la Cámara de Apelaciones. A pesar de esto, la Sociedad Rural de nuestra provincia ha iniciado una fuerte campaña para que el Senado provincial ni siquiera apruebe esta distancia, y pretende reducirla a 200 metros.

Hace dos años atrás, la Sociedad Rural cortaba las rutas con la bandera del Federalismo. Hoy se ha olvidado de estos conceptos y afirma que la Provincia de Santa Fe no tiene atribuciones para tomar estas decisiones, ya que el Glifosato conserva aun el rótulo de “baja toxicidad” por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo la Unión Europea lo declaró "peligroso para el medio ambiente", "tóxico para los organismos acuáticos", y prohibió su uso.

Ahora, los que olvidaron las ideas federales nos piden renunciar a nuestra soberanía y a nuestra propia legislación. Al respecto resulta útil citar lo señalado por el especialista Claudio Lowy: “El Artículo 121 de la Constitución Nacional dice que “Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.” El artículo 35º de la ley de fitosanitarios provincial vigente dice que “Cuando el organismo de aplicación estimare desaconsejable el empleo de determinado producto fitosanitario que por su toxicidad o prolongado efecto residual tornare peligroso su uso, adoptará en forma inmediata las medidas necesarias para el resguardo y preservación de la salud de la población y del medioambiente.”

Esos señores olvidan también que la provincia de Santa Fe, en la década de los 60, fue vanguardia en la preservación de la salud de su población con un Código Alimentario propio, que entre otras cosas no dejó vender una conocida bebida gaseosa porque la empresa se negó a revelar su fórmula, y porque además contenía un ácido mineral.

Recientes investigaciones lideradas por el Dr. Andrés Carrasco y otros profesionales han demostrado con contundencia los efectos cancerígenos y deformantes de los productos usados para la fumigación de la soja transgénica. En el Chaco, una Comisión Investigadora formada por especialistas del ministerio de salud de esa provincia y de la Universidad Nacional del Nordeste, han comprobado que en los últimos 10 años se triplicaron los casos de cáncer en menores de 10 años y se cuadruplicaron los nacimientos con malformaciones.

En la localidad de San Jorge de nuestra provincia, se han vuelto a producir fumigaciones tóxicas con efectos nocivos para sus habitantes. Pero no lo vemos al gobernador Binner acercarse a esa población para interiorizarse de la situación y buscar soluciones. Además, nos parece una falta de consideración que se niegue a recibir a las organizaciones ambientalistas, lo cual contrasta con su anunciada presencia en el día de la fecha, en la Jornada Soja del Colegio de Ingenieros Agrónomos, que sostiene una posición afín a la de la Sociedad Rural.

Es hora de que los representantes del pueblo se decidan a dialogar, se acuerden del mandato que recibieron en las urnas, y se pronuncien por la preservación de la salud de las poblaciones rurales, que debe ponerse por encima del afán desmesurado en obtener ganancias. Para peor en la producción de la soja, que se exporta en más de un 90%, con superganancias para empresas exportadoras extranjeras, que desplaza a otros cultivos y a la ganadería, y que conspira contra nuestra soberanía y seguridad alimentaria.

Santa Fe, 7 de septiembre de 2010


Partido Proyecto Sur – Junta Promotora provincial

Hugo Kofman (Santa Fe), Silvia Bianchi (Rosario)

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