9 de mayo de 2011

Repudio a la resolución de la cámara de apelación penal de Santa Fe


                     “Es malo que la cúpula de la Iglesia aún tenga tanto poder”

Lo expresó Carlos Del Frade, respecto de la anulación de la condena al ex arzobispo de Santa Fe. En 1994, el periodista investigó y publicó las denuncias de abuso sexual contra monseñor Storni.



La estructura de la Iglesia argentina fue sacudida, en los últimos años, por varios casos de abusos sexuales. Entre ellos, el del ex arzobispo de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni, fue uno de los más resonantes y llegó a una condena en diciembre del 2009, más de 15 años después de conocidos los hechos.
Sin embargo, el pasado 27 de abril, la Sala IV notificó la resolución de la Cámara de Apelación Penal de Santa Fe que declaró la nulidad de la sentencia condenatoria de ocho años de prisión para Storni, por abuso sexual agravado por el vínculo y ahora la causa volverá a primera instancia.
En medio de la polémica y de las declaraciones de rechazo a la decisión, Diario UNO dialogó con Carlos Del Frade, el periodista que -en diciembre de 1994 y desde las páginas de Rosario/12, edición rosarina de Página/12- corrió el velo sobre lo que ocurría intra muros del seminario local. Con un breve repaso sobre cómo inició aquella investigación periodística, contó quiénes fueron los que lo respaldaron con la denuncia pública sobre episodios que eran un "secreto a voces" en la ciudad y reflexionó sobre la última decisión de la Justicia.

Sostener la construcción histórica
-¿Qué opina respecto de la resolución de la Cámara de Apelación Penal de Santa Fe?
 
-Creo que la Cámara ratifica la construcción histórica del poder judicial santafesino, que ha convertido el servicio público en una red de pescadores invertida, donde pasan de largo los peces gordos y quedan atrapados los peces chicos. La Iglesia santafesina, la cúpula de la misma, sigue teniendo mucho poder e influencia y eso es malo para la vida cotidiana de los habitantes de toda la provincia.
-¿Cómo analiza las repercusiones que tuvo la nulidad de la sentencia en la opinión pública?
-Creo que el pueblo santafesino tomó conciencia de quién era Edgardo Storni y por eso repudia la decisión judicial. De ahora en más la pelea será por democratizar la Justicia y también la Iglesia. Allí está el desafío de los tiempos por venir.

Un mito que inició una causa
-¿Cuáles fueron los primeros datos que tuviste respecto del caso? 

-La investigación periodística comenzó cuando -junto a mi amigo y colega, Ricardo Serruya- entrevistamos al padre Edgardo Trucco en la parroquia de (Nuestra Señora de) Guadalupe. Él es quién nos cuenta lo que estaba pasando con el arzobispo Edgardo Storni. En aquel momento, Serruya me estaba acompañando en el trabajo de elaboración del libro La Iglesia y la Construcción de la Impunidad, que iba a contar con un capítulo en el cual se dilucidaba qué había de cierto en el mito del supuesto asesinato de Monseñor Zazpe. Así llegamos al padre Trucco.
"En esa charla, Trucco nos cuenta que monseñor Arancibia (arzobispo de Mendoza) estaba tomando declaraciones a seminaristas, sacerdotes, jueces y otros personajes claves de la vida santafesina en torno a la conducta de Storni. Y agrega más detalles, como que a ese trabajo lo hacía en la casa particular del entonces arzobispo de Entre Ríos, Estanislao Karlic. Después de aquella entrevista hablé con monseñor Copello, que era secretario adjunto de Edgardo Storni, quien me dice que son «caricias íntimas mal interpretadas». También entrevisté al ex juez federal Dalla Fontana, al sacerdote Elvio Mautino y a otros seminaristas".
-¿Cómo se tomó la decisión de publicar la historia, a pesar del apuntalamiento público y político que tuvo Storni?
-El diario (Rosario/12) me pidió que, por lo menos, hubiera dos fuentes y tenía muchas más. Tomaron la decisión editorial de publicar las notas y allí empezamos. Fue una serie de casi diez publicaciones en el medio de las cuales aprendí derecho canónico, me compré el libro, hablé con sacerdotes y llegó, en forma paralela, la desmentida por medio de solicitadas de las fuerzas vivas santafesinas encabezadas por el intendente de aquel entonces, Jorge Obeid.
"El diario me bancó y eso fue muy importante. Publiqué el libro y en el primer contacto como corresponsal desde Rosario en el programa El Cuarto Poder, el periodista y conductor, Guillermo Tepper, comentó la investigación. Fue un suceso. Ocho años después Olga Wornat publica la investigación nuestra y cita la fuente, un inusitado hecho de generosidad entre los periodistas, cosa que agradezco hasta el presente".

Fundamentos de defensa 
 
Para lograr la nulidad de la sentencia, Eduardo Jauchen, abogado defensor del ex arzobispo -quien había sido condenado el 29 de diciembre de 2009-, esgrimió una batería de planteos en la apelación del expediente, recurriendo a la instancia superior: "violación al principio de imparcialidad" y "la no aplicación de la ley penal más benigna", entre los fundamentos más importantes.
La defensa también se refirió a los "prejuicios, posturas religiosas, opiniones sociales sobre el hecho, objeto de la causa y una animosidad hacia la persona del enjuiciado, que manifiestamente cegaron al juez".
Además, Jauchen señaló: "La sentencia ha sido anulada y mi defendido sigue siendo inocente porque no se ha arribado a una condena. Afirmo que Storni jamás habrá de ser condenado", y agregó que van a pedir la "anulación del proceso judicial".
"Considero que lo que se tiene que anular no es la sentencia, sino el proceso. Cuando apelé, lo que pedí fue justamente eso, la anulación de la sentencia y del proceso, que adolece de vicios graves que van más allá de la valoración de las pruebas y afectan derechos fundamentales de mi cliente", aseguró.
Storni no cumplía la pena de prisión en cárcel común, sino en forma domiciliaria, por su avanzada edad. Durante los últimos ocho años, Storni pasó sus días refugiado en una vivienda en La Falda, Córdoba, de la que salía a pasear un poco o para ir al banco, ya que cobra una jubilación de privilegio de 6.300 pesos.

Conducta dudosa


Su caso levantó temperatura a fines de 1994, cuando por orden del Vaticano el arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, investigó denuncias de jóvenes que estudiaban para sacerdotes sobre supuestos abusos sexuales cometidos en el Seminario santafesino y durante los retiros espirituales en Calamuchita.
Los testimonios recogidos en ese momento apuntaban contra Storni, entonces el titular del Arzobispado de Santa Fe. Fueron los ex seminaristas Rubén Descalzo y Martín Lascurain los que se animaron a reconocer que eran los protagonistas del relato de Olga Wornat, la escritora del libro Nuestra Santa Madre, publicado en 2002 (contiene relatos de seminaristas sobre la dudosa conducta de Storni durante un retiro espiritual realizado en Córdoba años atrás).
Fue así que en 2002, Storni envió una nota al Vaticano en la que reiteraba su inocencia y se separaba del Arzobispado de Santa Fe. Después de que se conoció el fallo de la Justicia que anuló la sentencia contra el ex Arzobispo, la escritora del libro no ocultó su indignación y expresó que son inentendibles "los argumentos jurídicos que avalaron una decisión semejante cuando fue todo lo contrario hace unos años y la Justicia tenía todo el aval para condenarlo". "La situación en que se deja a las víctimas de Storni es horrorosa, desaliente las futuras denuncias sobre casos similares y deja un mensaje pésimo para la Iglesia", agregó.
 

 Fuente: Sin Mordaza - Diario Uno

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