Increíblemente, los funcionarios brillaron por su ausencia: un gobernador incompetente que permitió esta catástrofe evitable y todo el poder político cómplice, nos demostraron y nos demuestran aún hoy, el nivel de impunidad y corrupción burocrática. Sin embargo, a pesar de toda esta adversidad, sacamos las fuerzas necesarias para plantarnos frente al poder político y exigirles una ley que les permitiera a los 130.000 inundados poder reconstruir sus viviendas, sus bienes. No obstante, al reglamentarse la ley, se presentaron falencias graves con la intención de fragmentar a la población.
Así fue como el pedido de justicia no se hizo esperar y se abrió una causa que, aún hoy, continúa sin resolución: sólo tres son los imputados –y de segunda línea-, los cuales justificaron sus actos pero no escaparon de resultar procesados. Aquello significó un avance a pesar de que lo que realmente pretendíamos –y pretendemos aún hoy- es que se llame a declarar al ex – gobernador Carlos A. Reutemann, máximo responsable político, quien jamás ninguno de los jueces que transitaron por la causa se atrevió a citar.
A cinco años, la impunidad permanece sentada en el sillón de la Corte Suprema de Justicia de la provincia y sostiene en su mano muchas causas inconclusas que corren peligro de diluirse en el tiempo. No será el caso nuestro: los que vivimos semejante inundación, no vamos a permitir que se diluyan las causas porque, tampoco podremos cerrar fácilmente la herida.
Por todo esto, nuestra lucha seguirá en pie. La memoria se mantendrá activa y no será posible mirar hacia adelante, como pretende el gobernador Hermes Binner, sin justicia. Sólo ella podrá curar las heridas que continúan abiertas.
Hoy, la necesidad y la exigencia siguen siendo una respuesta al pedido de justicia. Cabe decir: los compromisos políticos de quienes continúan reciclándose en el poder y manteniendo un código de silencio e impunidad, no nos desalientan, al contrario, nos fortalece y afirma en nuestra posición: doblarle el brazo a la impunidad.
A cinco años de la inundación de 2003
Mónica Fessy