Desde el pasado miércoles se está desarrollando en nuestra ciudad el “III Congreso Internacional de Educación”, un encuentro donde profesionales del país y del mundo se juntan a socializar sus conocimientos en torno a las problemáticas educativas. La UNL forma parte activa en la organización de este importante evento por ser la universidad “sede”. Y resulta que (para sorpresa de muchos que no sabían con precisión hasta dónde podían llegar los límites del neoliberalismo que practica el actual gobierno universitario), se determinó que una de las sedes para el desarrollo de conferencias sea la Sala de Convenciones del CASINO, ubicado (otra paradoja) en el puerto de nuestra ciudad.
¿Existe acaso una postal más nítida que ésta para ilustrar lo lejos que se encuentra esta universidad de respetar aunque más no sea simbólicamente el ideal de la Educación Pública?
Por suerte, frente a esta aberración de un Congreso de Educación en el CASINO, Proyecto Sur supo transformar la indignación en iniciativa y se propuso dejar en evidencia tanto descaro y tanta hipocresía: en el día de ayer, ocho jóvenes ingresaron al hall de la Sala de Convenciones vestidos con guardapolvos blancos y desparramaron algunas frases entre las cuales podía leerse: “Defendamos la educación pública”, “¿La UNL apuesta a la educación pública?”, “Con la educación no se juega ni se lucra”.
Si bien este rumor ("hacer un congreso en el casino es una incongruencia") se escuchó desde el primer día tanto en los pasillos como en algunas de las exposiciones de los especialistas en educación, es importante destacar que pudo dejar de ser rumor para convertirse en voz cantante, a partir de la intervención de los jóvenes con guardapolvos, quienes lograron deshinibir a la gente y llevarse como botín en esta guerra de ideas, el apoyo de la gran mayoría de los asistentes.
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