2 de mayo de 2011

Declaración de Carlos Del Frade en la causa Díaz Bessone


De Marianela Scocco.
Hoy declaró en los Tribunales Federales, en el marco de la causa Díaz Bessone, el periodista e investigador Carlos Del Frade, quien realizó varias investigaciones sobre el accionar del terrorismo de Estado en la zona e hizo diversas entrevistas a los imputados de esta causa, a saber, a Mario el Cura Marcote, José el Ciego Lofiego y Ramón Genaro Díaz Bessone. 
  

Del Frade comenzó su declaración relatando las entrevistas que le realizó a Marcote cuando era empleado del Colegio Santa Unión de los Sagrados Corazones en el año 1995. El periodista narró que lo visitó en dicho lugar y lo entrevistó en dos oportunidades entre lunes y martes: “Mantuvimos conversaciones sin grabador donde me señala que él quería humanizar la tortura y que estaba escribiendo un libro cuyo título era La Corporación”. Cuando regresa al jueves siguiente con los fotógrafos del diario en donde trabajaba, Marcote se negó a grabar la entrevista, sin embargo la nota salió al día siguiente, con fotos del represor, y luego fue publicada en varios libros de la autoría del periodista.

Seguidamente Del Frade afirmó que entrevistó a Lofiego en, por lo menos, una docena de oportunidades a partir del año 1997, cuando el gran torturador del Servicio de Informaciones todavía se desempeñaba como 2º Jefe de Operaciones en la Policía rosarina, por lo cual varios de esos encuentros se dieron en la oficina de Moreno y Santa Fe. El periodista relató que “en una oportunidad Lofiego me entrega entre cinco y seis carillas escritas a máquina donde figuraban los números de expedientes y una sinopsis donde describía los secuestros llevados a cabo por personal militar. Esto me lo da con dos ideas muy claras. La primera, que él no había sido el que había matado y torturado a todas las personas y, segundo, que faltaban esos expedientes originales de la CONADEP y los nombres de oficiales y suboficiales del Comando del II Cuerpo de Ejército entre los acusados. Efectivamente esos documentos no estaban en el subsuelo de la Cámara Federal de calle Entre Ríos”. Luego continuó: “Quiero aclarar que tanto Marcote como Lofiego en ningún momento negaron haber sido torturadores”.

En el público, las Madres de Plaza 25 de Mayo Esperanza Labrador (y su hija Manoli hace un tiempo llegadas de España, en donde residen) y Elsa Chiche Massa escuchaban atentamente.

Finalmente, Del Frade se refirió a Díaz Bessone, el ex Comandante del II Cuerpo de Ejército que le da nombre a la causa: “Díaz Bessone es el ingeniero del terrorismo de Estado en las seis provincias que componen el área jurisdiccional del II Cuerpo de Ejército. Asumió diciendo que era un gran honor lo que iba a hacer. Su asunción fue consecuencia del cadáver encontrado el 25 de agosto de 1975 del Mayor Augusto Larrabure”. Además afirmó que la invención del asesinato de Larraburre fue el hecho político que determinó la asunción de Jorge Rafael Videla como Jefe del Ejército Argentino y describió que el primer hecho periodístico-político que produce Díaz Bessone como Comandante del II Cuerpo fue invitar a los periodistas de la ciudad y del país a recorrer las instalaciones de la cárcel del pueblo donde una célula del ERP había tenido secuestrado a Larraburre, “este es el momento donde comienza una campaña de prensa que empieza a pedir el aniquilamiento de las organizaciones armadas”, sentenció Del Frade. Por último, afirmó que Díaz Bessone armó los centros clandestinos de las seis provincias del II Cuerpo de Ejército y que en octubre de 1977, ya desvinculado de la Comandancia de dicho Cuerpo y desempeñándose como Ministro de Planeamiento de la Junta Militar, en los salones de la Bolsa de Comercio de Rosario, Díaz Bessone expresa el verdadero objetivo del golpe de Estado: “salvar a la empresa y a la propiedad privada”, según el periodista, expresión textual del acusado que se encuentra en los diarios de la época. “No había ningún ideal sanmartiniano”, concluyó el testigo.

Luego Del Frade relató como en el año 1998 se entrevistó con la concubina del ex interventor de la Policía provincial, principal responsable del funcionamiento del Servicio de Informaciones, Agustín Feced, quien le cuenta que éste último y Díaz Bessone tenían un encuentro, por lo menos, de una vez por semana para hablar de todo lo obtenido en el Servicio de Informaciones y afirmó que ambos tenían reuniones permanentes con los empresarios de la zona.

Finalmente, Del Frade solicitó al tribunal aportar nuevas pruebas entre las que se encontraban un DVD sobre lo investigado en su momento acerca de estos hechos, un cuaderno de investigación titulado ¿Quién era Feced? Historia Política de la represión en el gran Rosario. De 1955 a Díaz Bessone, su libro El litoral, 30 años después y una lista de policías que integraron la patota del Servicio de Informaciones y no fueron imputados y de otros que hoy se encuentran prófugos de la justicia.

Para terminar el fiscal le pregunta acerca de la causa principal del golpe de Estado y el periodista responde: “La causa está en la identidad de los mismos desaparecidos. Cuatro de cada diez eran obreros, tres de cada diez eran empleados, es decir, el 70% eran trabajadores. La razón la dice el propio Díaz Bessone: estaban en contra de la omnipotencia de la propiedad privada y la empresa. Las Fuerzas Armadas y de seguridad fueron los títeres macabros de un plan surgido de los poderes económicos”.

Después que Del Frade se retiró largamente aplaudido por el público presente, el imputado Marcote pidió la palabra para referirse a los dichos del testigo. Afirmó que nunca le dio una entrevista al señor Del Frade, que cuando fue a entrevistarlo él era de ordenanza y no celador, como relatara el periodista, y que también trabajaba como celador en la Universidad Católica. Expresó: “le dije que no podía hacer la entrevista porque podía perder el trabajo, él tomó eso como una entrevista e inventó el resto. No le hablé de la tortura, le dije lo del libro porque él insistía con una entrevista y le dije: ‘Bueno algún día voy a escribir un libro’”. Ante esta afirmación, el integrante del tribunal Benegas Echagüe le indagó sobre qué escribiría en ese libro: “Entonces tiene cosas que contar”, le reprochó, a lo que el acusado respondió que lo había dicho sólo por la insistencia del periodista. Por último, expresó: “me siguió en todos los trabajos que tuve, debe tener algo personal conmigo”.
 
 

0 comentarios: